viernes, 8 de abril de 2011

ENNIO FLAIANO

La primera entrada de este blog que se estrena hoy, debe ser, por justicia, una reseña de Ennio Flaiano, el cual, como se dice en el título, es quien lo ha inspirado.
Ennio Flaiano (1910-1972), periodista, novelista, dramaturgo y autor de varios libros de notas y comentarios personales, destacó, sobre todo, por su aportación al cine como guionista. Entre las decenas de guiones que escribió hay que mencionar muy especialmente los de las más emblemáticas películas de Federico Fellini (La Strada, Las noches de Cabiria, La dolce vita, Giuletta de los espíritus…). Es difícil imaginar el cine de Fellini sin la aportación de Ennio Flaiano, la música de Nino Rota y, en una primera época, la entrañable presencia de Giulietta Masina.
Acabo de sacar de mi fondo de biblioteca el “Diario Nocturno”, primera edición en español (1958). Su lomo ha amarilleado por el paso del tiempo y luce con orgullo las heridas honorables de los libros muy leídos. Su venerable aroma actual ha sustituido a aquel olor a tinta fresca y papel reciente que tenía cuando lo leía y lo releía, me impregnaba de la fina ironía de su autor y de la agudeza de sus reflexiones, y gozaba con hallazgos no buscados. Lo acaricio con un cariño que imagino imposible de profesar a un libro electrónico, en el supuesto, remoto, de que alguna vez cayera en la tentación de utilizarlo.
Me prometo volver sobre Ennio Flaiano.

2 comentarios:

  1. Bienvenido a la blogósfera, querido Javier, y ya te puse en mi lista de Favoritos, aunque me vienes a hacer la competencia. Vale, con un abrazo.
    Posdata : No te olvides mencionar, cuando vuelvas a hablar de él, que nuestro Ennio fue además coguionista de "Calabuch" y también de "El verdugo". Vale.

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  2. Gracias, Ricardo, por tu tirón de orejas.
    Para no alargar excesivamente la entrada, omití que E.F. escribió más de 100 guiones cinematográficos, entre otros, para Antonioni, Zampa, Rosellini, Willer y nuestro Berlanga, además, por supuesto, de los citados para Fellini. Reconozco que no citar a Berlanga fue una grave falta de patriotismo cinematográfico.

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