miércoles, 25 de abril de 2012

TU SERENATA DE SHUBERT



Esta mañana, sin saber por qué, me vino el recuerdo de un día muy lejano
en el que, con tu música, me hablaron tus sentimientos. Hasta ese día la Serenata de Shubert me había parecido de un romanticismo un poco empalagoso, pero al oír en aquel tocadiscos renqueante un viejo vinilo con la versión para piano y violín, me sonó con un encanto muy especial, con una gracia insospechada y un valor añadido que nunca pudo soñar su autor. Me dijiste que aquella música, de no haberse adelantado Shubert, la habrías compuesto tú. Lo dijiste con un poco de timidez, como temiendo una burla por mi parte. Pero yo, bien lo sabes, allá donde estés, si guardas, como yo, algún vago recuerdo de aquel día, no me reí. Lo que quizás no sepas es que el respeto casi reverencial con que la escuché no era fingido. La Serenata estaba sonando en mis oídos, en aquel instante, como algo nuevo. Tu pueril confesión hizo que la sintiera como nunca hasta entonces. Porque en ella te veía a ti. Y estaba convencido, completamente convencido, de que aquella música era tuya, que aquella música eras tú.


Para oír la música que da título a esta entrada, conecta los altavoces y pincha en el enlace (duración: 2,45 minutos)

domingo, 15 de abril de 2012

EL DIARIO NOCTURNO DE ENNIO FLAIANO



Hace un año nació este Diario Diurno que ahora tenéis delante. Sigue vivo gracias a vosotros, a vuestro aliento, a vuestros comentarios en el propio blog, en mi correo electrónico, o de viva voz;  elogiosos la mayoría, pero también algunos con un tirón de orejas más que merecido.
En el espacio más destacado de la cabecera del blog manifiesto mi admiración por Ennio Flaiano, periodista, novelista, dramaturgo y autor de varias decenas de guiones cinematográficos, entre los cuales podemos encontrar algunas de las mejores películas del cine europeo del Siglo XX. Una obra suya titulada Diario Nocturno, libro de cabecera durante muchos de mis años (más) jóvenes, inspiró el nombre de mi blog, mediante una incruenta cirugía que cambió lo nocturno por lo diurno.
En este primer aniversario quiero recordar a Ennio Flaiano, muy especialmente por su Diario Nocturno. Se trata de un libro editado en 1958 que incluye diversos relatos (un delicioso Suplemento a los viajes de Marco Polo, en el que reinventa al conocido personaje; La cordura de Pikwcik, Un marciano en Roma…) y el diario que da título al libro. Se trata de una serie de anotaciones, reflexiones y observaciones escritas con un agudo humor irónico. Muchas de ellas (el diario está escrito entre los años 1946 y 1956) podrían pasar hoy por microrrelatos, e incluso por tweets (o tuites, o como quiera que se llamen, que estoy hecho un lío). Mi mejor homenaje a Ennio Flaiano, aunque escaso por la limitación de espacio que me he impuesto en el blog, es recordar algunas de las notas de su diario:

  • Ser pesimista acerca de las cosas del mundo y de la vida en general es anticipar lo que sucederá.
  • Le presentan el proyecto para la disminución de la burocracia. Lo agradece vivamente, pero lamenta que falte el modelo H. Concluye que tramitará el proyecto para un examen solícito a la oficina competente que está creando.
  • Aquella excelente criada tenía una sola ambición: ser actriz. Llegó a serlo y jamás supo hacer los papeles de criada.
  • R. no ha leído nada, pero ha visto la película.
  • Ciertos vicios son más aburridos que la misma virtud. Esta es la única razón de que la virtud triunfe a menudo.
  • Estaba encargado de leer artículos y cuentos en un periódico literario. Recibió una carta de amor; no le gustó, pero con algún corte y rehaciendo el final, podía pasar.
  • Querida, cuando estemos en la cama es inútil que me llames comendador. Sí, comprendo, la costumbre, el respeto, todo lo que quieras: pero ¿qué va a ser de la intimidad? Podemos hacer una cosa: llámame, sencillamente, doctor.
  • Ha dejado de interesarme. Insiste en escribir libros que yo, si quisiera, también podría escribir, pero no leer.
  • “Y vivieron siempre felices y descontentos”. Así termina X sus cuentos para no engañar a su niño.
  • Pequeño retrato: tenía un sentido tal de su propia responsabilidad que, cuando se equivocaba, se exigía a sí mismo daños y perjuicios.
  • D. me habla de cierto negocio que quiere hacer. Se trata de algo turbio y, por lo tanto, seguro; y busca cómplices. Ha intentado llegar a un Ministerio, pero no ha encontrado el camino. “Todo se está poniendo imposible en este país, hasta la corrupción”, concluye, asqueado.
  • Siente una tal desconfianza hacia el futuro que hace sus proyectos para el pasado.
  • En la calle Nomentana, un cura en moto se ve obligado a parar de golpe ante un coche guiado por una monja. No sucede nada. El cura mira a la monja, que tarda en volver a arrancar, y no hace ningún comentario; pero su mirada ligeramente lívida delata lo que está pensando: las mujeres, en su casa.
  • Se levantó de la cama: era feísima. Pasó una hora delante del espejo poniéndose fea.






lunes, 2 de abril de 2012

CRÓNICA NOCTURNA ANTE UN CUBO DE BASURA



Levanto la tapa del contenedor de basura próximo a mi casa para tirar mi modesta bolsa de desperdicios, y lo que veo me está recordando al poeta maldito francés Charles Baudelaire, que en un breve poema en prosa titulado “El perro y el frasco” dejó escrito: “ […] al público […] jamás hay que ofrecerle perfumes delicados, que le exasperan, sino basura cuidadosamente seleccionada". El perfume que me llega tiene poco de delicado, y el paisaje que veo, tal como lo veo lo cuento.
Tan solo han transcurrido tres meses desde que tres Reyes Magos y varios miles de Papanoeles hicieran la siembra, y ya la cosecha florece, triste y abundante, en el cubo de la basura.
Una raspa de sardina, apestosa y renegrida, se atrinchera en el hueco de las pilas de un irreconocible artefacto que, hasta ayer, hacía ruidos, encendía y apagaba sus luces y se movía alocadamente, seguido por la mirada aburrida de un niño con la carita apoyada en la palma de la mano.
Las uñas de la pata amarillenta de un pollo se engarfian en la enredada melena, hoy platino apagado, de la que fue una rutilante muñeca, orgullosa propietaria y usuaria de un amplio vestuario y de la abundante utilería del completísimo kit de la Señorita Pepi’s, con las últimas novedades incorporadas este año: el tampax, el porro y el braguero para la hernia.
Un gusano aventurero se repliega en busca del refugio seguro de su patata podrida después del vano intento de asalto a una reluciente y roja manzana que resultó ser del mismo plástico insípido que el jueguecito de cocina al que perteneció.
Pintados fragmentos de hojalata, ruedas de todos los tamaños, pilas rebosantes de verdina, trozos de plástico, piernas y brazos de muñecos precozmente amputados… Restos de una ilusión fugaz como un cometa sin estela, que hoy compiten por un espacio en el cubo de basura con parduzcas pieles de plátano, huesos grasientos y aplastadas cáscaras de huevo.
He bajado la tapa del contenedor de basura como si estuviera cerrando el libro que Baudelaire nunca escribió.