lunes, 2 de abril de 2012

CRÓNICA NOCTURNA ANTE UN CUBO DE BASURA



Levanto la tapa del contenedor de basura próximo a mi casa para tirar mi modesta bolsa de desperdicios, y lo que veo me está recordando al poeta maldito francés Charles Baudelaire, que en un breve poema en prosa titulado “El perro y el frasco” dejó escrito: “ […] al público […] jamás hay que ofrecerle perfumes delicados, que le exasperan, sino basura cuidadosamente seleccionada". El perfume que me llega tiene poco de delicado, y el paisaje que veo, tal como lo veo lo cuento.
Tan solo han transcurrido tres meses desde que tres Reyes Magos y varios miles de Papanoeles hicieran la siembra, y ya la cosecha florece, triste y abundante, en el cubo de la basura.
Una raspa de sardina, apestosa y renegrida, se atrinchera en el hueco de las pilas de un irreconocible artefacto que, hasta ayer, hacía ruidos, encendía y apagaba sus luces y se movía alocadamente, seguido por la mirada aburrida de un niño con la carita apoyada en la palma de la mano.
Las uñas de la pata amarillenta de un pollo se engarfian en la enredada melena, hoy platino apagado, de la que fue una rutilante muñeca, orgullosa propietaria y usuaria de un amplio vestuario y de la abundante utilería del completísimo kit de la Señorita Pepi’s, con las últimas novedades incorporadas este año: el tampax, el porro y el braguero para la hernia.
Un gusano aventurero se repliega en busca del refugio seguro de su patata podrida después del vano intento de asalto a una reluciente y roja manzana que resultó ser del mismo plástico insípido que el jueguecito de cocina al que perteneció.
Pintados fragmentos de hojalata, ruedas de todos los tamaños, pilas rebosantes de verdina, trozos de plástico, piernas y brazos de muñecos precozmente amputados… Restos de una ilusión fugaz como un cometa sin estela, que hoy compiten por un espacio en el cubo de basura con parduzcas pieles de plátano, huesos grasientos y aplastadas cáscaras de huevo.
He bajado la tapa del contenedor de basura como si estuviera cerrando el libro que Baudelaire nunca escribió.


2 comentarios:

  1. Tu dominio de la pluma es magistral.
    Tu dominio de la ironía puede llegar a ser desalentador.
    Anónimo

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  2. La vida es mejor vivirla con ironía que con realidades, aunque la ironía es una forma sutil de manifestar la verdadera realidad.
    No entiendo a ese amigo tuyo que le parece mucha la que utilizas en tus escritos..

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