domingo, 3 de junio de 2012

LOS ACADÉMICOS TIENEN LA LENGUA SUCIA



Dedicatoria:
A José Luís Gómez, hombre de pro [-vincia de Huelva], hoy académico de la lengua y celoso guardián de la misma, para que, recordando aquellas veladas locas a las que él también se asomaba, no me retire el saludo y, ya de paso, tampoco a Ricardo.

Hace unos días, en polvorientos archivos casi olvidados encontré una hoja suelta que me quitó varias décadas de encima o me las puso, no estoy muy seguro. Era un fragmento, a mitad de camino entre la reliquia y la pieza arqueológica, de un proyecto con el que Ricardo Bada (1) y yo, en aquellas madrugadas casi tan jóvenes como nosotros mismos, aunque siempre cortas, de nuestros veranos en Huelva, en las que exprimíamos a tope el hemisferio cerebral derecho, donde, según los neurólogos, se aposenta la creatividad, pero vaya usted a saber, decidimos un día echarle un pulso a la Real Academia Española de la Lengua creando un diccionario alternativo titulado “Los académicos tienen la lengua sucia”, y subtitulado “Definiendo, que es gerundio”. La influencia de Ramón Gómez de la Serna era reconocible, y los surrealistas nos abducían de vez en cuando.
En el fragmento ahora encontrado aparecen varias docenas de definiciones de aquel diccionario, algunas de las cuales tengo el gusto de orear hoy al sol de este diario diurno, con algún añadido de última hora. En tres o cuatro, recuerdo y reconozco la autoría de algunos amigos que quisieron apoyarnos en nuestro glorioso viaje ascendente a la cima de la filología hispánica. Las entradas del diccionario aparecen, como es natural, en orden analfabético.

  • Fantasma: Sábana motorizada con tracción a cadena.
  • Bostezo: Bocado al aire.
  • Suspiro: ventoseo del alma.
  • Pasión: Amor acatarrado.
  • Fórceps: Objeto que nos trae al mundo entre paréntesis.
  • Batería: Gamberro de la orquesta.
  • R.I.P.: Eslogan publicitario del más allá.
  • Cigarrillo: Antorcha olímpica del ocio.
  • Náusea: funicular del asco.
  • Alcachofa: Encuadernación rarísima.
  • Tos: Portazo de la garganta.
  • Calendario: Reloj que anda despacito.
  • Espeleólogo: Hombre rana de secano.
  • Pesadilla: Terremoto de los sueños.
  • Alta comedia: Comedia escrita en tres actos para que la primera actriz pueda lucir tres vestidos diferentes.
  • Berenjena: Planta que las pasa moradas.
  • Vergüenza: (Una cuestión previa: ¿existe?).
  • Vergüenza: Eso que se siente la primera vez.
  • Gafas: Parabrisas del alma.
  • Bigote: Parachoques de los besos.
  • Latido: Hipo del corazón.
  • Cactus: Planta que sirve para creer que sabemos latín.
  • Suicidio: Muerte a la carta.
  • Celos: Instinto de conservación de la vanidad.
  • Cocodrilo: Lagartija que ha leído a Nietzsche.
  • Telescopio: Supositorio del firmamento.
  • Margarita: Flor veleidosa que unas veces dice que sí y otras, que no.
  • Gastronomía: Cara refinada de la nutrición.   
  • Erotismo: Cara refinada de la pornografía


(1) Mi amigo de toda la vida y hermano en muchas cosas, Ricardo Bada, es un periodista y escritor onubense afincado en Colonia, pero, sobre todo, un tipo política y refrescantemente incorrecto y, dicho sea en plan fino, un irredento tocanarices (yo sé que él no se reconoce en este perfil; pues que se fastidie). Os invito a que os asoméis a vuestro buscador de cabecera y rastreéis en las muchas entradas que vais a encontrar de él. Para mayor comodidad, os adjunto el enlace con uno de los blogs donde publica asiduamente.

                                                         http://blogs.elespectador.com/ricardobada/autor/

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