Una historia que pudo haber sido…
Confundido por esa tontucia analfabeta que le pone sexo al género y género al sexo, aquel profesor de lengua española, cuando un alumno escribió en una redacción “las sillones”, consideró que era una violencia de género gramatical. No solamente lo suspendió, sino que, diligente cumplidor de la ley, fue al juzgado de guardia para denunciarlo. Por si acaso.
… y otra historia que fue.
Me la contó una amiga mía, profesora de instituto. En un examen escrito, cuando terminó de repartir las hojas con las preguntas y cuestiones a responder, un alumno levantó la mano y expuso su razonable reivindicación: “Seño, usted no nos había dicho que el examen era de pensar”. El confuso y confeso cenutrio esperaba que el examen fuera de tipo test, con las leyes de la probabilidad (cara o cruz) jugando a favor de su enciclopédica ignorancia.
Bfff. Yo es que como me ponga a hacer comentarios de este tema no paro y me apodero de tu blog...
ResponderEliminarN.