viernes, 30 de septiembre de 2011

APUNTES DEL VERANO (II)


Los personajes y situaciones que aparecen en estos Apuntes no son reales, con la excepción de aquellos que sí lo son
Vida social
Cuando se tienen muchos amigos en el lugar de veraneo, la vida social es intensa. Durante la primera semana, la conversación recurrente consiste en un interesante intercambio de información sobre cuándo llegaron y cómo fue el viaje. En la última semana nos preocupamos de averiguar cuándo se van. Solamente quedan unos pocos días para el desarrollo del espíritu en conversaciones de más profundo contenido, como, por ejemplo, lo bien que se come en el nuevo restaurante que han abierto en el casco antiguo. (Los malpensados se están equivocando si creen que esto es un sarcasmo; ¿acaso no saben que la gastronomía es cultura, y que los cocineros están recibiendo la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes?).

Una vecina muy limpia
La dueña del apartamento vecino nos invitó a tomar una copa en su casa, aunque, para ser más preciso, tendría que decir que nos invitó a su cocina, porque el acceso al salón estaba rigurosamente prohibido para que no se empañara el deslumbrante suelo de mármol que nos enseñó, orgullosa, desde el vestíbulo.
La cocina, aún siendo amplia, era el camarote de la película de los Hermanos Marx Una noche en la ópera, sólo que en versión 3D y glorioso Technicolor, porque allí nos apilábamos la anfitriona, los hijos y sus amigos, el marido y sus compañeros de partida, nosotros y un señor bajito que se había equivocado de piso.
Al terminar la cuarta copa insinué inocentemente que debiéramos hacer un curso acelerado de levitación para poder estar más anchos en el salón sin manchar el suelo.
A partir de ese día, nuestra vecina dejó de saludarnos en la escalera y no volvió a invitarnos a ir a su cocina, pero lo que más me dolió fue el quinto espacio intercostal por el codazo que, con más vigor que disimulo, me propinó mi santa institución matrimonial.

Una leyenda playera
Se habla mucho de las leyendas urbanas, pero casi nada, y también las hay, de las playeras; unas y otras, suelen ser falsas.
Una extendida leyenda playera dice que, frente al mar, se te vacía la mente porque el ruido de las olas es como un mantra que, en vez de ayudar a la meditación, paraliza y adormece el pensamiento.
Para desmontar esa leyenda, he decidido escribir este apunte al arrullo de las olas rompiéndose a pocos metros de mí, y… bueno, pues eso…eeee…eso es lo que quería contar… creo… o sea, de lo que estábamos hablando… pero, ¿de… de… de qué estábamos hablando?

(Continuará. Próximo Apunte: El glamour)

viernes, 23 de septiembre de 2011

APUNTES DEL VERANO (I)

 Mujeres Ejemplares

Los personajes y situaciones que aparecen en estos Apuntes no son reales, con la excepción de aquellos que sí lo son

Pasé unas semanas en una glamourosa ciudad playera con mi block de notas dispuesto a observar su fauna humana con lupa, microscopio, telescopio, periscopio, e incluso un teodolito que no sé cómo funciona. Mi primera observación fue que las señoras que veía olían tan bien y vegetaban con tan lánguida dejadez e inmovilidad en las terrazas de los bares y en las tumbonas de la playa, que más que a la fauna parecían pertenecer a la flora del lugar.

***

Coincidí en una cena con una señora que, bajo la apariencia distante y altiva de una fría diosa, latía un corazón de oro. Aunque estaba dando órdenes continuamente a su acompañante masculino, de vez en cuando sacaba del bolso una galletita y se la tiraba; él conseguía alcanzarla en el aire con la boca… algunas veces.
Pero sería injusto tacharla de exigente. Mujer de mundo, gran conocedora de los hombres y de nuestras limitaciones, no esperaba que sus órdenes fueran bien ejecutadas para echar el premio de la galletita; se conformaba con que no se hiciera demasiado mal. Gran mujer.

***

Lo más inesperado y feliz de un buen día fue que una joven y guapa señora corrió por la calle detrás de mí, cosa que hacía cincuenta años que no ocurría.
Era la vendedora de prensa. Al pagarle, yo había confundido las monedas, dándole un euro de más, y ella corrió para devolvérmelo.
Al día siguiente, me “equivoqué” voluntariamente, pero ella no me persiguió y se quedó con el euro. Moraleja: las mujeres son inconstantes, pero ahorradoras.
Superaré la frustración. Quizás tenga que esperar otros cincuenta años para que se repita la gratificante experiencia.
(Continuará)

viernes, 16 de septiembre de 2011

LISTAS ELECTORALES

En Mayo de 1987 estábamos, como ahora, en vísperas de elecciones. En una revista empresarial navarra publiqué por aquel entonces lo que sigue. Lo resucito sin necesidad de respiración artificial y lo traigo aquí porque demuestra los esfuerzos que hacen los partidos políticos, tanto ayer como hoy, para buscar líderes que hablen claro. Bien clarito.

Cuenta la historia que el filósofo griego Diógenes iba por calles y plazas de Corinto con un candil, en pleno día, en interminable búsqueda del hombre. Rodeado de multitudes, no lograba encontrarlo.
Aquel singular personaje ha reaparecido en las calles y plazas de nuestro país multiplicando su imagen como en un laberinto de espejos, pues no otra cosa que frenéticos y repetidos diógenes parecen los responsables de confeccionar las listas para las próximas elecciones.
-¡Un hombre, un hombre! –pregonan-. Ofrezco cabezas de lista, a elegir.
Hace varios días, hablando en la barra de un bar con un amigo, tuve la fugaz sensación de que alguien trataba de escuchar nuestra conversación, por lo que decidí cambiarla por una perorata engolada y grandilocuente.
-Se puede asegurar que la coyuntura, esquemáticamente considerada, y siempre que no se descontextualice el flujo de información residual, está en una fase parecida a la que Marcuse, en la prehistoria de la pre-post-ultra modernidad, definió como…
No me dejaron terminar. Siete individuos se abalanzaron sobre mí desde distintos puntos del bar, disputándose la pieza.
-¡Maravilloso, político nato!
-Eres el número uno que estaba buscando para la lista.
-¡Yo lo vi primero!
-¡Aparta, facha!
-Firma aquí.
-¡Ese rojo, a la cola!
Unas adolescentes que se aburrían alrededor de una tónica animaron su languidez con el revuelo y, sin saber qué pasaba, me gritaron, por si acaso:
-¡Queremos un nieto tuyo!
Hace veinte años, en el Antiguo Régimen, cuando alguien osaba disertar de semejante forma en la barra de un bar, se le acercaba un misterioso sujeto con barbas, camisa de cuadros y pantalón de pana, diciendo en voz baja:
-Te invito a dar una conferencia en un Colegio Mayor.
Para que luego digan que el país no ha prosperado.

Otro acontecimiento que reverdece la actualidad de ésto es el centenario del nacimiento de Cantinflas. La palabra cantinflear aparece ya en el Diccionario de la R.A.E: “Hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada”. La realidad imita al arte

viernes, 9 de septiembre de 2011

PREVISIONES ECONÓMICAS AL MINUTO

Como la anterior, y aunque parezca mentira, también esta reseña de información económica que resucito hoy la publiqué hace 19 años (Noviembre de 1992) en una revista empresarial de Pamplona. La historia está empeñada en repetirse

El Ministerio de Economía y Hacienda ha firmado un convenio con la cadena Radio Minuto (1), del grupo PRISA, mediante el cual se le concede la exclusiva de la información sobre las previsiones económicas oficiales.
El Ministerio hará público, cada minuto, un comunicado sobre los datos previstos para el minuto siguiente. Esta medida se ha tomado para evitar los errores que, durante los últimos tiempos, obligaban al Ministerio a modificar frecuentemente los escenarios económicos previstos.
Los agentes económicos han mostrado su satisfacción porque, al fin, podrán saber a qué atenerse durante el minuto siguiente, eliminando así el factor de incertidumbre que estaba atenazando las decisiones sobre inversión y empleo.
Diecisiete minutos después de la firma del convenio, en su comunicado de las 13:43 h, se anunció que el empleo crecería durante el minuto siguiente en un puesto de trabajo y que el Ministerio ampliaría la información en una rueda de prensa que se convocaría con carácter urgente para que el país pudiera conocer los detalles sobre tan excelente y prometedora noticia, que abría expectativas interesantes sobre nuestra castigada economía.
Sin embargo, treinta segundos después, en un comunicado extraordinario, se corregía a la baja la previsión anterior estimándose que, en lo que quedaba de minuto, se reduciría el empleo en dos personas. La rueda de prensa quedó anulada y la Bolsa acogió la noticia con indiferencia porque, ante los rumores que habían circulado quince segundos antes, sus efectos ya habían sido descontados en las cotizaciones.
Esta modificación de las estimaciones, realizadas treinta segundos después de haberse hecho públicas, ha alimentado algunas especulaciones en el sentido de que se estaba impulsando la creación de otra cadena radiofónica, llamada Radio Medio Minuto, para que las previsiones oficiales se pudieran ofrecer, con ciertas garantías de fiabilidad, para dicho horizonte de treinta segundos. Fuentes autorizadas han desmentido estos rumores, reiterando que, desde el Ministerio, se van a extremar los esfuerzos para que las cifras de crecimiento, inflación, empleo y tipos de interés previstos para el minuto siguiente, se cumplan rigurosamente. Salvo fuerza mayor.

(1) La cadena Radio Minuto cerró el año 1993, pero la Fiscalía no pudo demostrar que fuera por culpa de este artículo

domingo, 4 de septiembre de 2011

TODO FUE UN SUEÑO

    Aunque parezca que este artículo fue escrito ayer, al hilo del debate parlamentario con el que se intenta poner coto al despilfarro presupuestario, tiene 19 años: lo publiqué en Septiembre de 1992 en una revista empresarial de Pamplona, cuando estaban finalizando la Expo y las Olimpiadas. No lo resucito para presumir de profeta, porque ser profeta es fácil… cuando la historia es una película proyectada en sesión continua

Siempre se ha considerado el colmo de la mala suerte que montes un circo y te crezcan los enanos, pero hay algo peor: que despiertes de un sueño, descubras que no tenías circo y, encima, resulte que el enano eras tú. Pero fue un hermoso sueño… mientras duró.
Era un circo muy divertido en el que sólo había que mirar, cómodamente sentado, sin necesidad de trabajar. Se repartían premios para todos, casi siempre en metálico: alargabas la mano y… ¡premio para el señor!
Los prestidigitadores hacían maravillas: unos, metían monedas en la chistera y las hacían desaparecer; otros te quitaban el reloj, la cartera y la ropa interior mientras te contaban una película, y ni te enterabas; los que más cobraban por su trabajo eran los hipnotizadores: con toda sencillez, sin complicados utensilios, construían con el humo de sus puros brillantes fantasías que te parecían reales: empresas, solares, urbanizaciones…
El espectáculo desbordaba música, color, globos, banderas. Pequeños trenes cruzaban la pista a alta velocidad; atléticos artistas corrían, saltaban, nadaban, se lanzaban pelotas de todos los tamaños, les daban medallas y se ponían muy contentos. El público aplaudía y lo pasaba muy bien. Era un gozo ver cómo se reían y disfrutaban con todo.
Los que más abundaban eran los payasos: payasos por todas partes, alegres y desenfadados unos, penosos y patéticos otros.
Atractivas rifas con y sin bote, todos los días; chispeantes charlatanes a todas horas; animales exóticos con forma humana; encantadores de serpientes; solemnes jefes de pista con bandas, cruces y medallas; brillantes fuegos artificiales…
… Y la traca final, que fue, precisamente, la que nos despertó. Habíamos entrado dulcemente en el sueño, arrullados por seductores cantos de sirena que nos decían que éramos altos, guapos y ricos y nos despertamos tal como éramos. Nos acostamos sobre lo que creíamos una soberbia piel de toro y descubrimos, al levantarnos, que era una devaluada piel de burro.
Pero más vale despertar tarde que no salir nunca del sueño de los bobos.