viernes, 16 de septiembre de 2011

LISTAS ELECTORALES

En Mayo de 1987 estábamos, como ahora, en vísperas de elecciones. En una revista empresarial navarra publiqué por aquel entonces lo que sigue. Lo resucito sin necesidad de respiración artificial y lo traigo aquí porque demuestra los esfuerzos que hacen los partidos políticos, tanto ayer como hoy, para buscar líderes que hablen claro. Bien clarito.

Cuenta la historia que el filósofo griego Diógenes iba por calles y plazas de Corinto con un candil, en pleno día, en interminable búsqueda del hombre. Rodeado de multitudes, no lograba encontrarlo.
Aquel singular personaje ha reaparecido en las calles y plazas de nuestro país multiplicando su imagen como en un laberinto de espejos, pues no otra cosa que frenéticos y repetidos diógenes parecen los responsables de confeccionar las listas para las próximas elecciones.
-¡Un hombre, un hombre! –pregonan-. Ofrezco cabezas de lista, a elegir.
Hace varios días, hablando en la barra de un bar con un amigo, tuve la fugaz sensación de que alguien trataba de escuchar nuestra conversación, por lo que decidí cambiarla por una perorata engolada y grandilocuente.
-Se puede asegurar que la coyuntura, esquemáticamente considerada, y siempre que no se descontextualice el flujo de información residual, está en una fase parecida a la que Marcuse, en la prehistoria de la pre-post-ultra modernidad, definió como…
No me dejaron terminar. Siete individuos se abalanzaron sobre mí desde distintos puntos del bar, disputándose la pieza.
-¡Maravilloso, político nato!
-Eres el número uno que estaba buscando para la lista.
-¡Yo lo vi primero!
-¡Aparta, facha!
-Firma aquí.
-¡Ese rojo, a la cola!
Unas adolescentes que se aburrían alrededor de una tónica animaron su languidez con el revuelo y, sin saber qué pasaba, me gritaron, por si acaso:
-¡Queremos un nieto tuyo!
Hace veinte años, en el Antiguo Régimen, cuando alguien osaba disertar de semejante forma en la barra de un bar, se le acercaba un misterioso sujeto con barbas, camisa de cuadros y pantalón de pana, diciendo en voz baja:
-Te invito a dar una conferencia en un Colegio Mayor.
Para que luego digan que el país no ha prosperado.

Otro acontecimiento que reverdece la actualidad de ésto es el centenario del nacimiento de Cantinflas. La palabra cantinflear aparece ya en el Diccionario de la R.A.E: “Hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada”. La realidad imita al arte

1 comentario:

  1. Hola Javier: Me encantan tus artículos proféticos. Espero que puedas sacar más son muy divertidos. Dile a Trini que saque tiempo para vernos. Carmen Silva

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